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Una empresa debe estar siempre a la última y en constante aprendizaje. Por eso, apostar por la innovación le proporcionará un cambio en el que podrá modificar elementos y realidades existentes con el fin de mejorarlos o renovarlos mediante la introducción de nuevos procesos, convirtiéndose así en una compañía más competitiva y capaz de obtener una mayor rentabilidad comercial.
Para poder innovar el primer paso es identificar donde estamos y a continuación, aplicar procesos personalizados que funcionen dentro de nuestra organización ya que la innovación es un proceso lento y complejo.
Por eso, la primera fase debería ser el diagnóstico individualizado de la empresa, es decir, explorar las ideas que permitan innovación. Una vez tengamos identificado el proceso en el que vayamos a innovar deberemos evaluar las oportunidades, para ver la viabilidad de las ideas. En caso de que identifiquemos que la innovación es una idea que merezca la pena, se dedicarán recursos por parte de la empresa para su desarrollo, realizando diversas pruebas hasta conseguir un resultado satisfactorio que adopte la innovación desde dentro de la empresa para poder lanzarla al mercado. Por supuesto la fase de evaluación ha de ser requisito indispensable para completar el proceso.
Una organización que sea innovadora también deberá apostar por crear metodologías de trabajo que permitan incorporar, de modo sistemático, estrategias de innovación en su actividad habitual, lo que repercutirá siempre en una mejor calidad que se trasladará a nuestro cliente final.
La innovación también hace crecer el desarrollo de talento de nuestra empresa, ya que en cierta manera cambia la forma en la que el mundo se mueve, o al menos aplica conceptos diferentes a lo que era conocido hasta entonces, por lo que la innovación puede ser la forma en la que una empresa sea pionera frente a la competencia.
Además, la innovación también puede ser cocreativa, es decir de varias empresas que ante una idea innovadora se decidan a identificar, desarrollar y generar proyectos conjuntos y modelos de negocio que les ayuden a crecer, poniendo en valor y difundiendo un proyecto innovador al mercado que haga destacar a las compañías promotoras de sobre el resto de la competencia.
En conclusión, la innovación es siempre un proceso positivo, que hace revisar y preguntarse que está haciendo la empresa para ver la implementación de nuevos procesos que nos ayuden a obtener un mayor grado de profesionalidad y reciclaje continuo dentro de la propia organización.